LA VOCACION ES UN LLAMADO DE DIOS
La vocación cristiana es sobrenatural. Es el mismo Dios quien nos llama.
Para responder a la vocación es necesario saber por quién se es enviado (la autoridad que nos respalda es Cristo), para qué se es enviado (objetivo: comunicar la gracia a todos para que se salven) y en calidad de qué se va (Laico, sacerdote, religioso, etc.).
1. La vocación primaria y fundamental es
a ser hijos de Dios:
·
“a
todos los que la recibieron (a la Palabra) les dio poder de hacerse hijos de
Dios, a los que creen en su nombre” -Jn 1,12.
·
“recibisteis
un espíritu de hijos adoptivos que nos hace exclamar: ¡Abba, Padre!” -Rom 8,
15.
·
"constituido
Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por su resurrección de
entre los muertos, Jesucristo Señor nuestro -Romanos 1,4
2. vocación a participar en la naturaleza
divina por toda la eternidad:
·
“nos
han sido concedidas las preciosas y sublimes promesas, para que por ellas os
hicierais partícipes de la naturaleza divina” -2 Pe 1, 4.
·
“Esta
es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú
has enviado, Jesucristo” (Jn 17, 3).
3. vocación a ser una nueva creación.
Capaces de renunciar al pecado y actuar en el amor y la verdad:
·
Por
tanto, el que está en Cristo, es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es
nuevo. -II Corintios 5,17
4. La vocación a la nueva vida de hijos
de Dios solo es posible por los méritos de Jesucristo. Es por gracia de
Dios. Nadie puede conferirse a si mismo la gracia.
·
y
son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada
en Cristo Jesús, -Romanos 3,24
·
“No
me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he
destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto
permanezca...” -Jn 15, 16.
5. La vocación requiere nuestra
colaboración, unir nuestra voluntad a la Voluntad Divina:
·
Hay
que recibirla: “a
todos los que la recibieron les dio poder" -Jn 1,12.
·
Hay
que dar frutos y perseverar:
"para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca...”
-Jn 15, 16.
·
“He
aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad” (Heb. 10, 5.7).
6. Dios llama al inicio (nos precede)
pero también nos sostiene en todo el camino y siempre:
“Ciertamente
nosotros trabajamos también, pero no hacemos más que trabajar con Dios que trabaja.
Porque su misericordia se nos adelantó para que fuésemos curados; nos sigue
todavía para que, una vez sanados, seamos vivificados; se nos adelanta para que
seamos llamados, nos sigue para que seamos glorificados; se nos adelanta para
que vivamos según la piedad, nos sigue para que vivamos por siempre con Dios,
pues sin él no podemos hacer nada. (S. Agustín)
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