La palabra exponer remite,
entre otras cosas, a la idea de explicar algo o hablar de algo para que los
demás lo conozcan. Así pues, podemos definir la exposición como el tipo de
discurso que tiene por objeto transmitir información. Claridad, orden y
objetividad son las principales características de la prosa expositiva.
La exposición se utiliza
para presentar el contenido de un tema con la intención de explicar y
desarrollar una serie de ideas y así transmitirlo de manera clara y convincente
a los demás. Los textos en los que predomina la exposición se denominan textos
expositivos.
CARACTERÍSTICAS
DE LA EXPOSICIÓN
La exposición es un tipo de
discurso cuyo fin primordial es transmitir información. Es una de las
manifestaciones de expresión propias de los textos didácticos. Esta finalidad
se puede concretar de formas muy distintas, ya sea en lengua oral o escrita:
son exposiciones el artículo especializado en el que un científico da a conocer
sus descubrimientos, la noticia periodística mediante la cual esos mismos
descubrimientos se divulgan, el ejercicio de examen en el que un alumno
desarrolla un tema propuesto o la explicación oral que un guía realiza mientras
enseña un museo a un grupo de turistas. En cualquiera de esos casos el emisor
debe tener un conocimiento profundo del tema que trate. Veamos un ejemplo de
texto expositivo: “Kafka, Franz (Praga 1883-Viena 1924). Escritor checo en
lengua alemana. Llevó una oscura existencia trabajando de burócrata en Praga
hasta que enfermó gravemente de tuberculosis, dolencia que le causó la muerte.
Sus obras, que en su gran mayoría permanecieron inéditas hasta después de su
fallecimiento, describen un universo angustioso y opresivo en que el individuo
se halla solo e impotente.”
Para que el propósito
informativo característico de la exposición se cumpla de manera satisfactoria,
el texto expositivo debe reunir una serie de cualidades, entre las que se
cuentan la claridad, el orden y la objetividad. Todo texto expositivo, en
efecto, debe presentar sus contenidos de forma comprensible para el
interlocutor (claridad), organizados según un determinado criterio (orden) y
sin valoraciones personales injustificadas (objetividad).
LOS
ELEMENTOS DE LA EXPOSICIÓN
El discurso expositivo tiene
lugar en una situación de comunicación que viene determinada por tres
elementos: el emisor, el receptor y la relación que se establece entre
ellos.
El emisor ha de poseer unos
conocimientos suficientes acerca del tema de la exposición y la voluntad de
transmitir esos conocimientos de una manera objetiva y, a la vez, comprensible
para su potencial receptor; puede tratar de influir sobre el comportamiento de
los demás, además de informar. Puede ser individual o colectivo, y particular o
institucional.
El receptor es la persona o
el grupo a quien va dirigida la exposición. El tono y el léxico deben estar
adaptados a la naturaleza y el nivel de conocimientos de los receptores. Puede ser un experto en la materia, ignorarla
por completo o poseer algunos conocimientos sobre ella. De este nivel de
conocimientos dependerá el objetivo con el que se acerque al texto: encontrar
una información inicial sobre un tema, ampliar lo que ya sabe o acceder a las
últimas investigaciones de la disciplina en la que es un especialista.
La relación entre emisor y
receptor es básica para que la información se transmita de una manera efectiva.
El emisor ha de adaptar su exposición al tipo de receptor al que va a
dirigirse: solo así conseguirá dar a su intervención el nivel y el tono
adecuados.
ORDENAR
LA INFORMACIÓN EN EL PÁRRAFO
La información se puede
ordenar en el párrafo según distintas estructuras:
Estructura deductiva. La
idea principal se enuncia al principio, y a continuación se explica, se
demuestra o se desarrolla. Ejemplo:
Estructura deductiva Los
avances científicos son sumamente beneficiosos para la humanidad. En primer
lugar, porque permiten combatir numerosas enfermedades. Y, en segundo lugar,
porque hacen más cómoda nuestra existencia.
Estructura inductiva. La
información más relevante se expone al final del párrafo y se presenta como
conclusión de lo dicho anteriormente. Ejemplo:
Estructura inductiva Los
avances científicos permiten combatir numerosas enfermedades. Por otra parte,
hacen más cómoda nuestra existencia. Podemos concluir, pues, que el desarrollo
de la ciencia es sumamente beneficioso para la humanidad.
Estructura paralela. El
párrafo se organiza como una sucesión de ideas que no quedan subordinadas unas
a otras. Ejemplo:
Estructura paralela Los
avances científicos permiten combatir numerosas enfermedades. Por otra parte,
hacen más cómoda nuestra existencia. Además, nos permiten soñar con un futuro
en el que el ser humano será dueño absoluto de su destino.
RECURSOS
LINGÜÍSTICOS DE LA EXPOSICIÓN
Según la forma que adopta la
exposición se usan unos conectores específicos:
En las exposiciones en forma
narrativa predominan los conectores temporales u ordinales (primero, después,
por último…).
En las exposiciones en forma
descriptiva abundan los conectores espaciales (delante, arriba…), los de
contraste (a diferencia de, por el contrario…) y los distributivos (por una
parte, por otra parte…).
Las exposiciones en forma
argumentativa presentan como conectores característicos los de causa-efecto
(porque, de manera que…).
CLASES
DE EXPOSICIÓN
La exposición se puede
organizar según distintos esquemas textuales y temáticos. Si se atiende a su
forma, puede ser narrativa, descriptiva o argumentativa; si el punto de vista
se centra en el contenido, será científica, didáctica o periodística.
La exposición en forma
narrativa. Cuando el tema que se va a exponer implica un desarrollo temporal,
la exposición se realiza en forma narrativa. Ejemplo: “Las avanzadas de la 3.ª
División Acorazada americana iniciaron el ataque contra el puesto de mando
adelantado de Koechling (general alemán encargado de la defensa de Colonia), a
unos trece kilómetros al norte de Colonia. El general alemán observó los restos
de la 9.ª «Panzer», desbordados por el avance de los tanques americanos, y al
fin se vio obligado a evacuar su propio puesto de mando.”
La exposición en forma
descriptiva. La forma descriptiva es típica de las exposiciones que se centran
en la caracterización de una determinada realidad que se presenta ante el
receptor; también es frecuente en las clasificaciones o comparaciones. Ejemplo:
“El tronco racial negroide se caracteriza porque las personas que lo componen
tienen la nariz ancha, los labios y los ojos grandes, la piel oscura y el pelo
negro y muy rizado. “
La exposición en forma
argumentativa. La exposición en forma argumentativa se distingue por el
análisis razonado del tema, que lleva a establecer relaciones de tipo causal.
Ejemplo: “La ampliación del comercio internacional y la mejora de los
mecanismos financieros hicieron que en el siglo XVIII la economía pasara a
estar controlada por la burguesía. “
CLASIFICACIÓN
TEMÁTICA DE LA EXPOSICIÓN
Los textos expositivos
también se pueden clasificar según su temática:
MODALIDADES DE EXPOSICIÓN CARACTERÍSTICAS
Científica Tema especializado. Exige orden, rigor y
precisión.
Didáctica Temas de conocimiento. Precisa orden,
claridad y exactitud.
Divulgativa Está dirigida al público en general.
Trata temas de interés y tiene un estilo sencillo y claro.
Humanística Exige análisis reflexivo, orden, claridad
y desarrollo dialéctico.
Periodística Presidida por un dominio de la
objetividad, claridad y exactitud en la información que transmite.
EL
ENSAYO
Es un escrito expositivo de
extensión variable que expone pensamientos, reflexiones o tesis de un autor
sobre un tema determinado pero sin la extensión ni el planteamiento sistemático
de un tratado o de una monografía. Se utiliza para reflexionar sobre temas de
carácter artístico o filosófico y para profundizar en aspectos y problemas que
se derivan de las circunstancias de un momento histórico.
Aunque existen composiciones
antiguas como los Diálogos de Platón, que estarían en la línea del ensayo, fue
la obra del francés Montaigne Ensayos, en 1580, la que introdujo el término que
designaría este género. En la literatura inglesa aparece a principios del siglo
XVII y en el resto de Europa no se generaliza en su sentido moderno hasta la
mitad del siglo XIX. Durante estos siglos se desarrolla con intensidad; muestra
de ello son exponentes como Voltaire, Rousseau, Diderot, Unamuno, Azorín u
Ortega y Gasset.