PILAS Y
BATERIAS
Una
pila eléctrica o batería eléctrica es el formato industrializado
y comercial de la celda galvánica o voltaica. Es un dispositivo
que convierte energía química en energía eléctrica por un proceso químico
transitorio, tras lo cual cesa su actividad y han de renovarse sus elementos
constituyentes, puesto que sus características resultan alteradas durante el
mismo. Esta energía resulta accesible mediante dos terminales que tiene la
pila, llamados polos, electrodos o bornes. Uno de ellos es el polo negativo o ánodo
y el otro es el polo positivo o cátodo.
Las
pilas, a diferencia de las baterías, no son recargables, aunque según
países y contextos los términos pueden intercambiarse o confundirse.
Pila común
Las pilas secas, de zinc-carbono o pilas comunes están
formadas por un recipiente cilíndrico de zinc, que es el polo negativo, relleno
de una pasta electrolítica, y por una barra de carbón en el centro (electrodo
positivo), todo ello sellado para evitar fugas.
Ventajas:
No se descargan si no están en uso.
Desventajas:
Una pila puede llegar a contaminar 3 000 litros de agua
Pilas alcalinas
Las pilas alcalinas (de
«alta potencia» o «larga vida») son similares a las de Leclanché, pero, en vez
de cloruro de amonio, llevan cloruro de
sodio o de potasio. Duran más porque el cinc no está expuesto a un
ambiente ácido como el que provocan los iones de amonio en la pila
convencional.
Ventajas:
Respecto a las pilas convencionales entregan más potencia y una corriente más
estable.
Su duración es seis veces mayor que la de la pila
de cinc-carbono.
Resisten mejor el uso constante.
Desventajas:
Su mayor costo se deriva de la dificultad de sellar las pilas contra las fugas
de hidróxido. Casi todas vienen blindadas, lo que impide el derramamiento de los componentes.
Sin embargo, este blindaje no tiene duración ilimitada.
Pilas y el medio ambiente
Los
metales y productos químicos constituyentes de las pilas pueden resultar
perjudiciales para el medio ambiente, produciendo contaminación
química. Es muy importante no tirarlas a la basura (en
algunos países no está permitido), sino llevarlas a centros de reciclado. En
algunos países, la mayoría de los proveedores y tiendas especializadas también
se hacen cargo de las pilas gastadas. Una vez que la envoltura metálica que
recubre las pilas se daña, las sustancias químicas se liberan causando
contaminación al medio ambiente. Con mayor o menor grado, las sustancias son
absorbidas por la tierra pudiéndose filtrar hacia los mantos
acuíferos y de éstos pueden pasar directamente a los seres vivos,
entrando con esto en la cadena alimentaria.
Estudios
especializados indican que una micropila de mercurio, puede llegar a contaminar 600.000
litros de agua, una de cinc-aire
12.000 litros y una de óxido de plata 14.000 litros.
Las
pilas son residuos peligrosos por lo que, desde el
momento en que se empiezan a reunir, deben ser manipuladas por personal
capacitado que siga las precauciones adecuadas empleando todos los
procedimientos técnicos y legales de manipulación de residuos peligrosos.
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