LOS SACRAMENTOS Y LA SALVACION
Sacramento
Si buscamos en la Biblia la palabra "sacramento" no la encontraremos, por lo menos en el sentido que hoy le damos. Pero esto no quiere decir que no tengan fundamento bíblico. De hecho todos ellos fueron instituidos por Nuestro Señor Jesucristo.
Los sacramentos, como hoy los presenta la Iglesia son:
Actos salvadores de Cristo, que la Iglesia comunica al hombre mediante signos sensibles.
¿ Y qué quiere decir "signo sensible"?. Un signo sensible es un símbolo. Y un símbolo es una expresión figurada y visible o representación sensible, de una realidad invisible. El valor de un símbolo no está en lo que él es de por sí, sino en lo que indica, en lo que representa.
¿ Y qué quiere decir "signo sensible"?. Un signo sensible es un símbolo. Y un símbolo es una expresión figurada y visible o representación sensible, de una realidad invisible. El valor de un símbolo no está en lo que él es de por sí, sino en lo que indica, en lo que representa.
a) Decimos que son actos salvadores, porque son acciones que salvan al hombre de situaciones concretas, llenándolo de la fuerza del amor, fruto de la muerte y resurrección de Cristo. Abarcan toda la vida del hombre en sus puntos más significativos.
- En su nacimiento: Bautismo
- En su crecimiento: Confirmación
- En las heridas del pecado: Reconciliación
- En su alimentación: Eucaristía
- En la formación de un hogar: Matrimonio
- En la consagración al servicio de la comunidad: Orden Sacerdotal
- En la enfermedad: Unción de los enfermos
b) Son actos salvadores de Cristo porque Él es el verdadero autor, he aquí el valor del sacramento. Es Cristo quien bautiza, perdona los pecados o comunica el Espíritu Santo. Recibir un sacramento es encontrarse personalmente con Cristo que salva.
c). Son actos que la Iglesia comunica porque fueron entregados a la Iglesia por Cristo para que los administrara a los hombres. Por lo que el sacramento debe administrarse conforme a lo establecido por la Iglesia y según sus intenciones.
d) Son signos sensibles, porque el hombre necesita algo material para convencerse, darse cuenta, sentir la presencia de Dios. San Pablo nos lo recuerda " Si bien no se puede ver a Dios, podemos, sin embargo desde que él hizo el mundo, contemplarlo a través de sus obras y entender por ellas que él es eterno, poderoso y que es Dios" (Rm 1,20)
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